martes, 6 de enero de 2015


IV BIENAL DEL FIN DEL MUNDO; "CONTRASTES Y UTOPIAS" 

MUERTO EN VIDA - Rafael Gomezbarros

IV Edición de la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo del Fin del mundo 

Mar del Plata, Argentina

Diciembre 12 de 2014  a Febrero 22 de 2015






MUERTO EN VIDA | DEAD ALIVE




“- Entonces ¿de verdad crees que el arte vale más que la vida misma?

- Siempre. Mira ese jacarandá del jardín: hoy vale porque da flor y sombra, pero mañana,
cuando se muera como mueren los árboles, en silencio y de pie,
nadie volverá a acordarse de él. En cambio si lo hubiera pintado
un gran artista, viviría eternamente.”



Fragmento de la obra “Los árboles mueren de pie” de Alejandro Casona Innatural como el cautiverio, los árboles de los Jardines de Casa del Puente son sojuzgados por el reflejo resignado que en la proyección de unos contra otros, los deviene oprimidos en la artificial transformación de su esencia. La aplicación de, a simple vista, inflexibles injertos cúbicos los envuelven y oprimen para aludir a sistemas de destierro que aíslan a quienes son sometidos a la reclusión, olvidando tras el miedo por su esencia incisiva la capacidad de flagelación propia de su fragilidad. La intervención de Rafael Gómezbarros es un llamado crítico que busca evocar la consciencia colectiva, para animar en las formas de sus piezas escultóricas y obras de  tamaño considerables, el desvelar de una realidad social y política que sacude a su país, Colombia.












Las formas híbridas que integran la instalación Muerto en vida, insinúan en su mistura y conjunto al extenuado espíritu condenado a sucumbir en la aletargada opresión de secuestrados y fugitivos, atrapados en el vacío, limitados a escapar
al infinito.


El árbol, en la derivación de términos adquiere también significado como cierto tipo de esquema explicativo -consistente en sucesivas ramificaciones- concepto aclaratorio si es considerado en la derivación de representancia. Y la obra no
trata sólo de un árbol, trata de un bosque, el bosque es la sociedad y sus sistemas de relaciones y cada árbol que lo conforma es en su carácter en sí mismo, una narrativa y manifestación de un rizoma de vínculos conexos. Un árbol caído, uno de ellos personifica el desenlace, efecto y producto del soportar el peso de la opresión, marchito en sus entrañas su mismo peso lo ha abatido para conmemorar a los caídos.

Esclava del suceder del entorno, la humanidad habita desnuda entre productos de la violencia militar, paramilitar y de aquella derivada de los procesos intrínsecos del narcotráfico, como así también entre rendiciones a la sumisión. Y es allí, donde los conflictos han aniquilado la libertad para olvidar el flujo natural del respirar de la vida, donde la resistencia cobra vigor en el caos ambiguo, donde la tensión se hace manifiesta en las texturas vitales de lo orgánico y la esterilidad del espejo inanimado.










Muerto en vida, muy lejos de ser una rendición, es una manifestación de lucha, de despertares, de libertad y optimismo. Sólo uno de ellos han caído, todos los otros están en pie, resistiendo, declarando, respirando. Siendo.
Texto por: Fortunata Calabro - Curadora 

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